Receta para aliviar “males extraños”:
-5 litros de agua de Luna.
-Dos horas de meditación con un poco de miel.
Cuando la tensión (arterial) baja y el mundo empieza a dar vueltas, puede parecer un lugar un tanto difícil en un principio. El Cuerpo se debilita, el Templo parece ahora un lugar oscuro, la musculatura duele. Seguimos con la receta:
-Un poco de dolor dosificado pero nada de sufrimiento.
-Varias sonrisas aunque el cansancio tire hacia abajo de tus comisuras, tú aprieta hacia arriba!
-Besos de media tarde y besos entre horas (Ingrediente súper importante de esta receta), besos a fuego lento, mojados, los que no ves venir. De esos hacen falta varios puñados.
Cuando las bacterias atacan a tu organismo y poco a poco se comen los componentes de tu sangre debes seguir buscando los ingredientes para llevar a cabo la sanación. También te harán falta:
-Encuentros con personas humanas, las de gran corazón, amabilidad y mejores intenciones.
-Manos calientes que aprieten tus pechos fríos y algún que otro encuentro Cuerpo a Cuerpo con aquél que por la mañana te preparará el batido de césped y la decocción de plantas medicinales para que te la tomes nada mas despertar .
-Unas cuantas palabras amables durante el día, más de las habituales.
-Hierro. Tomar hierro en todas sus variedades, principalmente de tu menstruación (si eres Mujer, si eres Hombre puedes empezar a pedírsela a tu Mujer), ampollas, pastillas, chupar una llave oxidada, en fin… mucho hierro suplementario a parte de una buena alimentación.
Opcional, para quién tenga:
-Besos regalados llenos de luz de tus hijxs en todas las partes del Cuerpo que te van doliendo durante el día. Besos de ángeles llenos de verdad y Amor es realmente energía canalizada del Universo.
Y así, despacito, cada despertar tiene más luz. Hay más espacio para respirar en unos pulmones oprimidos.
Prueba con esta receta, a mi me está funcionado.
Escucha tu Cuerpo.
Escucha tu ritmo.
Escucha palabras de Amor, no oigas solamente… escucha.
Vale la alegría y no la pena seguir adelante aunque parezca que a ratitos (porque sólo son ratitos, ¿verdad?) ya no puedes más.
Entonces con el corazón acribillado por el entusiasmo de una nueva y evolucionada visión de la Vida, subirás a toda prisa los peldaños de los soporíferos días oscuros y cuando se te caiga el miedo rodando escaleras abajo no te volverás a buscarlo.
De cuando en vez y de vez en cuando haz una parada en el camino.
Y de repente, en medio del caos, la Flor de la Vida.
Vuelvo de nuevo al mundo https://rousbaltrons.com/talleres/
Con Amor,
Rous.